"¿DEBEMOS TOCAR FONDO?" Por Sara Diez http://crisalidaunaesperanzaperenne.blogspot.com/ Muchas mujeres hemos vivido
situaciones de control, manipulación, maltrato psicológico y violencia
física por parte de hombres abusivos y machos...¿pero por qué no nos
damos cuenta de ello a tiempo?, o ¿qué debe pasar para decir "YA BASTA"
a los sometimientos y abusos emocionales y físicos?. La
penosa respuesta es...tocar fondo!!!
Cada mujer que vive
una situación así, determina individualmente hasta que punto debe
permitir el sobajamiento que le ha sido impuesto, y lo más triste de
todo es que indirecta o inconscientemente, es por voluntad propia.
Todas tenemos
diversas formas de ser, dependiendo de nuestra autoestima, de nuestros
valores, de nuestra dignidad, del ejemplo que queremos dar a nuestros
hijos y al mundo entero para saber si es necesario "tocar fondo".
Como mencioné en un
post anterior, la violencia doméstica o intrafamiliar puede dividirse
en cuatro tipos (no son aislados necesariamente, pueden darse
simultáneamente cualquiera de ellos; normalmente se comienza por la más
sutil que es la psicológica y puede llegar a la más temida y peligrosa
que es la física).
Violencia
Psicológica o emocional: Basada en humillaciones, menosprecio frente a
otras personas, celos, golpear o patear objetos o muebles, destruir
cosas, amenazas de golpes, con armas de fuego, de muerte contra la
mujer, contra el mismo sujeto agresor o contra los hijos. Violencia Económica: Controlarla
negándole el acceso al dinero, uso de pertenencias de la mujer en
contra de su voluntad, quitarle el sueldo, no tomándola en cuenta para
las decisiones de índole económico. Violencia Física: Empujones,
sacudidas y jaloneos, torceduras de brazo, patadas, golpes con mano o
puño, golpes con objetos, quemaduras, intento de asfixia, ataques con
armas. Violencia Sexual: Exigencia para
tener relaciones sexuales, amenazas con irse con otras mujeres si no se
accede a tener relaciones sexuales, uso de fuerza física para obligarle
a tener sexo con él.
¡NINGUNA FORMA DE VIOLENCIA ES ACEPTABLE!
Fases por las que atraviesa la violencia: Acumulación
de la tensión: Puede comenzarse con reclamos mutuos (el pretexto es lo
de menos), por cansancio, falta de atención, problemas económicos o
laborales o frustración. En esta etapa la víctima (mujer) experimenta
sensación de rechazo, desvaloración a su autoestima, críticas hasta
llegar a insultos, desprecios, gritos y...golpes!! Desde el primer
signo de alarma (lo veremos después), la mujer debería salir corriendo
y alejarse permanentemente del agresor (nunca cambiarán), pero
contrariamente a lo que "debería ser", la víctima hace hasta lo
imposible para evitar que la pareja se violente: deja de maquillarse,
no sale de casa cuando sabe que él llamará, dejará de trabajar, se
vestirá como él lo indique, se alejará de su familia y sus
amistades...hará todo, hasta lograr culpabilizarse de la actitud
violenta del otro. Cúspide de la violencia: Cuando
el equilibrio armónico de la pareja se rompe, se pierde el control y se
genera la violencia. Aparece la necesidad inmediata de descargar la
tensión acumulada através de las agresiones físicas, pero siempre con
premeditación, alevosía y ventaja por parte del agresor. Él elige el
momento y el lugar para golpear a su mujer, La víctima tolerará toda
clase de abusos físico y emocionales. Esta fase se irá haciendo más
intensa. Ella utilizará los "mecanismos de defensa" que
inconscientemente le dicta su espíritu débil y falta de valor, tales
como la negación, minimizar los golpes e insultos y justificará la
actitud del victimario. En esta fase, si llegara a haber una
intervención policial, el agresor se mostrará tranquilo y relajado,
mientras que la víctima se encontrará en estado de shock y confundida. Calma, Arrepentimiento y
reconciliación: Es la fase más esperada por ambos. Después del
maltrato, el agresor siempre se mostrará arrepentido, cariñoso, tierno
y amable, pues aparentemente se da cuenta del daño que causó. Dirá que
perdió el control y prometerá que nunca más volverá a suceder. Es esta
etapa aparece lo que se llama "síndrome de desesperanza y abandono", el
cual está íntimamente asociado con un déficit en la autoestima y
dignidad de la mujer. Ella quiere creer en el arrepentimiento y en las
promesas del agresor, así que evade la realidad en un periodo de
relativa calma y "amor", dándole la ilusión falsa de que no se
repetirán los actos de violencia. Esta etapa realmente dura poco,
simplemente es cíclica y frecuente, regresando siempre al primer punto.
Y al contrario de lo que se espera, los actos de violencia serán más
cotidianos y agresivos.
¿Debemos tocar fondo en nuestra integridad emocional y física para darnos cuenta de cómo y con quién vivimos? |